En el episodio 159 de TDK 90s, empezamos a escuchar los discos editados en agosto de 1993. Suena la diosa Sheryl Crow con un disco que nos agarró desprevenidos a todos, Shaggy empezando a imponer su estilo de reggae y los Bersuit Vergarabat tratando de fortalecer su lugar en el rock argentino.
Sheryl Crow – Tuesday Night Music Club
Sherryl Crow era una de las mujeres más laburantes de la industria musical americana, haciendo coros para viejos rancios como Don Henley y hasta el mismísimo Michael Jackson en el tour de su disco Bad, uno de los más vendidos de la historia. Pero si ven a esa Sherryl del 88 haciendo de una especie de Whitney Houston blanca con la cabeza llena de rulos de medio metro de altura no van a poder creer que es la misma de los 90s. Y mientras se ganaba la vida así, Sherryl planeaba un futuro con ella como protagonista.
Y casi lo consigue a principios de los 90s, cuando tenía ya grabado y listo para salir su disco debut… pero la escena había cambiado demasiado y esa colección de baladas sonaban demasiado ochenteras. Así que haciendo algo nunca antes visto, Sherryl convenció a su sello que no edite el disco, que quería grabarlo completamente de nuevo. Y no sólo grabarlo, también componerlo porque todas sus viejas canciones fueron a parar al tacho. Pero justo antes de entrar en pánico, un amigo la invita a un club de músicos que se juntaban todos los martes a tomar cerveza y escribir canciones. Y pegó una onda bárbara con todos y juntos empezaron a componer su nuevo disco, que se llamó exactamente como se habían bautizado ese grupo de amigos, Tuesday Night Music Club, El Club Musical de los Martes a la Noche.
Una vez terminado el disco, ni el sello ni ella ni su club tenían del todo claro cuáles eran las mejores canciones, algo que en retrospectiva parece totalmente absurdo. Pero le erraron con los dos primeros simples, que no llamaron demasiado la atención, y parecía que el Tuesday Night Music Club estaba destinado al bowl de los descuentos del supermercado. Pero deciden sacar un single más, Leaving Las Vegas, y ahí la cosa cambia, la gente empezaba a descubrirla y bam, aparece el cuarto sencillo, All I Wanna Do. Si no viviste la época es difícil comprender la dimensión de la canción, sonaba en todos lados, en las radios para adolescentes y en las de adultos, en el patio de las escuelas y en las peluquerías, la escuchaban las mujeres, los varones, todo el mundo.
Kris Kross – Da Bomb
Cuando una banda comienza su carrera con un hit tan pero tan grande como tuvieron los Kris Kross en Jump, es imposible seguirlo con otro hit que esté a la altura. Y mucho más imposible se vuelve cuando los miembros de la banda son adolescentes y su audiencia también es adolescente. Y eso que el segundo disco de Kris Kross llegó sólo un año después de su debut… pero de nuevo, un año en la vida adolescente son como 10 en años humanos. Tantas cosas cambian. Y los Kris Kross también cambiaron, se volvieron más serios, buscaban algo de credibilidad en una escena como la del hip hop que no les perdonaba la imagen de chicos buenos y divertidos que habían creado con Jump. Y hasta se animan a usar la palabra nigga, que la tenían prohibida en su debut porque bueno, eran adolescentes, no los dejaban tomar todas las decisiones. Sin un buen padrino dentro de la escena del gangsta rap, estos intentos por ganar street cred fracasaron y los chicos perdieron a sus viejos fans más familieros sin poder ganar nuevos fans más adultos.
Shaggy – Pure Pleasure
En un momento histórico en el que el rap lidera los rankings y el pop y el rock luchan por continuar en el centro de la escena, no había mucho lugar para el reggae, la verdad. Pero el jamaiquino Shaggy demostró que los ritmos del dancehall seguían teniendo vigencia. Orville Richard Burrell, este es el verdadero nombre de Shaggy, debutó con el álbum Pure Pleasure en agosto de 1993. Y sus primeros hits fueron Mampie, Oh Carolina y Big Up incluidas en este disco.
“Me considero un artista de reggae”, decía Shaggy en una entrevista “porque el reggae es mi alma, es mi pasión”. Y sí, lo suyo es más bien ecléctico o crossover pero es indudable el impacto que el artista ha tenido comercialmente en el mercado de la música a nivel mundial. Quizás no tanto con este debut pero sí mucho más con el Boombastic de 1995.
Bersuit Vergarabat – Asquerosa Alegría
Después de un prometedor disco debut Y Punto, los de Bersuit Vergarabat se embarcaron en una nueva aventura con la grabación de su segundo álbum el Asquerosa Alegría. El nuevo material fue producido por Tweety González y la banda contó también con la participación de Miguel Zavaleta para la grabación. Es un disco catártico, que habla con algo de resentimiento sobre los amores fallidos y las mujeres y también tiene sus temas contestatarios. Lamentablemente, no lograron alcanzar el éxito esperado y es éste uno de los discos menos escuchados de la Bersuit. Además, ocurrió que algunos miembros se alejaron de la banda, como Marcela Chediak, que venía trabajando en la percusión, Raúl Pagano en los teclados y Charly Bianco en guitarra y voz. Para reemplazar a Charly, se sumó un viejo amigo del grupo, el venezolano Alberto Verenzuela.
Didjits – Que Sirhan Sirhan
La carrera de los Didjits lamentablemente llegó a su fin en 1993 con su quinto y último disco Que Sirhan Sirhan, editado por el sello Touch And Go Records. Después de una carrera de punk y rock violento con el sello del Midwest americano, no pudieron penetrar en la esfera pop justo con uno de sus mejores discos y cuando más permeable estaba la industria musical a un sonido como el de ellos. Ni siquiera los pudo salvar el espaldarazo de popularidad más fuerte que se podía tener por aquellos años, que su video haya aparecido en Beavis & Butthead el programa más visto de la MTV. La cultura white trash, con su amor por las drogas y el alcohol barato, los autos caros y los chistes de mal gusto perdieron a uno de sus más grandes representantes para el resto de los 90s.
Doughboys – Crush
Qué cosa maravillosa el pop-punk nacido en Canada. Nadie sabe bien por qué pero fueron muchas las bandas del estilo que nacieron allá al norte y lograron bajar, al menos hasta Estados Unidos, con éxito. El caso de los Doughboys no es de éxito en términos de millones de discos vendidos pero sí de al menos haber logrado firmar con una discográfica internacional como A&M Records, gracias por supuesto, como todos, a las puertas abiertas por Nirvana. Y con más plata para producción, el disco que graban los Doughboys, Crush en el 93 suena como si fuesen un supergrupo. Y tenían temazos como Shine o Melt, que tranquilamente pudieron haber dominado la radio de la época y hasta incluso la MTV. Pero nadie se terminó de animar a darles una oportunidad fuera de Canada, y el grupo quedó atrapado en el norte.
The Juliana Hatfield Three – Become What You Are
Estrenando la colección de títulos de discos inspirados por el filósofo Nietzche la tenemos a Juliana Hatfield con su disco de 1993, Become what you are, Transformate en lo que sos. En realidad este no es un disco solista, porque Juliana Hatfield lo grabó con la ayuda de dos amigos baterista y bajista, por eso la banda unánimemente se llama The Juliana Hatfield Three, los tres de Juliana. Su idea detrás de armar la banda era buscar un sonido más de rock alternativo y despegarse de su disco solista Hey Babe, que tenía canciones muy personales, acá la búsqueda era más universal. Su gran hit de este disco se llama Mi Hermana y empieza con la línea “Odio a mi hermana”, como decíamos, universal disfrazado de personal. La verdad es que tanto el sonido de sus canciones como la voz de Juliana y su enfoque para escribir letras es único, por eso recibió reseñas buenísimas por el disco y hasta se metió en la lista de los 10 mejores albums de 1993 de la revista inglesa NME.
Swervedriver – Mezcal Head
Esta es una de mis bandas shoegazer preferidas y ya te hablamos de ellos hace un tiempito para referirnos a su primer álbum titulado Raise. Los londinenses de Swervedriver tuvieron escasa repercusión en su momento pero con el tiempo se ganaron un lugar en el podio retro noventa con dos discos fundamentalmente: el Mezcal Head de 1993 y el Ejector Seat Reservation de 1995. Del segundo te vamos a estar hablando en unos años pero sí nos vamos a detener un poquito en el Mezcal Head. Este álbum sigue un poco el estilo de su antecesor pero con una producción más lograda. Este trabajo se caracteriza por una musicalidad densa y compleja, con muchos contrapuntos de líneas de guitarras que crean ese muro de sonido tan típico del shoegaze.
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